Gran Santo con actividad evangelizadora impresionante. No había dificultades para él, gracias a su fe, amor e ilusión. Fuego en su pecho por amor, que las aguas no pueden extinguir. Encuentro con San Ignacio en París. Hombre de la gran ilusión. Convirtió a países lejanos paganos. Fuego que quisiera convertir a universitarios para Dios. Vosotros, pensad que la dificultad no está en el mundo, sino en la falta de ilusión. Frente a un mundo viejo ex-cristiano. Cuando era joven le tenía mucha devoción. Le debo a él también mi vocación, junto con San Juan Bosco, Santa Teresa, Santa Teresita y el Cura de Ars. A mí me llenaba esta visión del sacerdocio. Película "El Campeón", ese chico al que le ofrecen alternativas de comodidades en su vida, frente a la vida difícil con su padre. San Ignacio supo tocar la fibra de este muchacho que tenía un gran corazón. Hermanos nuestros que se van a países difíciles: no caer en la cobardía de pensar que es difícil el apostolado. La dificultad está en nuestra falta de corazón. Ilusión por la santidad.