El Padre reflexiona sobre la Cuaresma y la proximidad de la Semana Santa, animando a intensificar la oración, el acercamiento al Señor y la mortificación con alegría. Expresa su preocupación por los jóvenes y niños, destacando la importancia de guiarlos hacia Dios. Menciona la oportunidad de colaborar con el Padre Joseíco en el movimiento Junior para trabajar con niños.

El Padre enfatiza que lo fundamental es el amor a Jesús por encima de todo, dándole nuestra vida con alegría e ilusión. Pide por sus oyentes para que estén unidos en el amor a Dios y entregados a Él. Relata la historia bíblica de la resurrección del hijo de la viuda de Naín, utilizándola como metáfora para la necesidad de "resucitar" a la juventud actual mediante el amor sincero y la preocupación genuina.

Critica la falta de educación adecuada por parte de los padres y la sociedad, instando a sus oyentes a asumir la responsabilidad de guiar a los jóvenes hacia Dios. Anima a enamorarse profundamente de Dios, a ser generosos y valientes, y a vivir intensamente el amor fraternal.

El Padre concluye reflexionando sobre la verdadera santidad, que se manifiesta en la naturalidad, la humildad, el amor al prójimo y el sacrificio personal, siempre acompañado de alegría. Destaca la importancia de las "gestas" (acciones heroicas) sobre los gestos externos de piedad, y anima a vivir una vida abundante en Cristo, llena de naturalidad y alegría, incluso en el sufrimiento.

Padre Alfonso Gálvez